Desde actividades deportivas hasta actividades musicales, pasando por la pintura, la danza, el teatro o incluso la equitación, dependiendo del internado. En cualquier caso, el abanico de posibilidades es lo suficientemente amplio como para que cada estudiante encuentre una motivación extra. De esta manera, los alumnos consiguen concentrarse en nuevos objetivos, aplicar disciplina y esfuerzo y, por el camino, mejorar sus habilidades sociales. Esto también será una pieza clave del crecimiento que experimenten durante el año en Estados Unidos.
Cuando los estudiantes terminan de cenar, en torno a las 18:00, tienen tiempo hasta la hora de acostarse para estudiar, realizar tareas académicas o, simplemente, socializar un poco más con el resto de alumnos. La premisa de los internados es construir un ambiente donde los estudiantes valoren la dedicación y la concentración, pero también la importancia de los vínculos humanos. En este sentido, ningún otro programa de los que ofrece International Experience resulta tan envolvente como el programa de Boarding School.