Hace unos meses os hablamos acerca de qué se puede llevar en el equipaje de mano. Os explicamos qué podía llevarse ropa, aparatos electrónicos, medicamentos para uso personal, dinero hasta ciertas cantidades e incluso los famosos líquidos, siempre que no superaran ciertos requisitos y fuesen guardados en bolsas de plástico que permitan la visión. También os contamos qué no podía llevarse por razones de seguridad, como tijeras grandes, palos de golf o sustancias inflamables. ¿Pero y qué ocurre con el equipaje facturado?
El equipaje facturado es aquel que va en la bodega del avión. No tenemos acceso a él durante el vuelo y solo está de nuevo a nuestra disposición cuando llegamos al aeropuerto de destino. Por regla general, el estándar de peso de este equipaje suele ser de 23 kilogramos, pudiendo llegar hasta los 32 mediante pagos adicionales. Del mismo modo, no podrá superar los 275 centímetros sumando longitud, anchura y altura. Hasta aquí bien. La pregunta ahora es: ¿qué se puede llevar en el equipaje facturado?
¿Qué está permitido llevar en el equipaje facturado?
Digamos, para resumir, que todo cuanto puede llevarse en el equipaje de mano puede llevarse también en todo equipaje facturado. Sin embargo, y como ya sabéis, no ocurre al contrario. Nos centraremos en eso. Por ejemplo, las navajas de afeitar, los cuchillos, las tijeras grandes, las jeringas, los sacacorchos o los tacones son elementos que sí pueden guardarse en la maleta que va en bodega. También skates, ballestas, palos de golf, palos de esquíes, patines, sables o cañas de pescar son productos que puedo llevar en la maleta facturada.
Del mismo modo, todo tipo de herramientas de trabajo como hachas, machetes, martillos, taladros, palancas o destornilladores también pueden subirse al avión dentro de la maleta facturada. Y armas deportivas como rifles, pistolas, ametralladoras, catapultas, hondas y, por supuesto, municiones de todo tipo. Pero no podrán subirse, sin embargo, materiales inflamables o explosivos como dinamita o combustible líquido, ni sustancias químicas como ácidos, materiales radioactivos o venenos. ¿Y qué hay de la comida?
¿Se puede llevar comida en la maleta facturada?
La pregunta de si se puede llevar comida en la maleta facturada es una de las más recurrentes. Pero al igual que ocurría con el equipaje de mano, está permitida la subida al avión de comida a través del equipaje de bodega. Eso sí, las restricciones de muchos países a determinados alimentos siguen funcionando en este equipaje. EEUU, Australia o algunos países centroamericanos prohíben la entrada de algunas frutas, verduras o productos cuyo origen es animal. ¿Las razones? Tanto sanitarias como para evitar la entrada de biodiversidad foránea al país.
Lo importante siempre es consultar las páginas oficiales de cada gobierno nacional destinadas a este asunto. Así podrás comprobar si los alimentos que intentas introducir están permitidos en el país de destino. Ten en cuenta que las autoridades aeroportuarias lo encontrarán y se desharán de ellos en caso de contrariar las leyes. Y, para acabar, hablemos de los líquidos, un quebradero de cabeza para la gran mayoría de viajeros.
Los líquidos en equipaje facturado
Los líquidos son, junto a la comida, los productos que generan más confusión. Como ya os detallamos cuando os hablamos del equipaje de mano, en este solo pueden subirse 10 recipientes líquidos con 100 mililitros cada uno como máximo. Además, deben ir guardados obligatoriamente en bolsas transparentes con cremallera. Esto, sin embargo, no funciona así en el caso de líquidos en la maleta facturada del avión.
Los líquidos en el equipaje facturado están permitidos, salvo aquellos que sean inflamables, como la gasolina, el metanol, las pinturas, los disolventes, los pegamentos o las cargas para encendedores. Pero todo lo demás, sean líquidos cosméticos o líquidos potables, pueden llevarse. Esto incluye desodorantes, esmaltes, remedios médicos, aceites de baño, champús, geles, pasta de dientes, rímel, laca o cualquier otro que puedas necesitar.
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